EL AMARGO PRECIO DE ELEGIR

Frederica Mathewes-Green


Cuando asistía al College, la calcomanía de mi coche decía "No esperes por estar bajo un concepto erróneo, legaliza el aborto". Aquellos días de los anos 60 luchábamos contra un mar de conceptos sexuales, los derechos al aborto era nuestro visible estandarte, una meta concreta y alcanzable. Aunque nuestros enemigos eran inpalpables, dentro de la frontera frágil de nuestra piel, al menos éramos soberanos. Que podría ser más personal que nuestras vidas reproductivas? Cómo podrían las mujeres oponerse?

Ahora yo me opongo. Ha sido un proceso lento, un caminar de pro-elegir a pro-vida. Yo sé cuántos problemas encara una prenez no-intencionada. Mas, yo no puedo dejar de realizarme que al legalizar el aborto ha sido la peor solución, ha causado un caudal de enganos cual como un caballo de Troya se presentó a escondidas y ahora lo vemos.

Una mujer embarazada sin haber planeado encara más que una "inconveniencia"; ella debe afrentar una serie de adversidades financieras y sociales en las escuelas, en el trabajo y en el hogar. El error que hicimos fué mirar esos problemas y decidir que la culpa tenía la mujer, era élla quién debía de cambiar. Nos enfocábamos en su vientre inflado y no veíamos la discriminación que la hizo tan desesperada. Apenas le aconsejamos, "Anda a que te operen y serás parte del grupo".

Qué elegimos para ella. El de subir a una mesa y sufrir una crueldad peor que la de ser violada. La mano de la enfermera está mojada por las lágrimas de la víctima. Luego, confundida, agradece y paga por ser adoptada a esa máquina social que destruye y rechaza a sus hermanas embarazadas.

Cual una broma cruel llamamos ésto "lo que ésta mujer eligió". Elegimos sacrificar nuestra vida y planes para una carrera en la vida, o elegimos una operación hostil y humillante al sacrificar nuestra descendencia. Qué afortunadas somos - podemos ejegir! Ahora es tiempo de cambiar la propaganda "El derecho de la mujer de capitular al Aborto".

Si nos negamos a elegir, si insistimos en mantener nuestras vidas y nuestros cuerpos intactos, qué cambios atravesarán nuestras sociedades? Que se hará para hacer el aborto innecesario? Existen innumerables soluciones, tales como realizar situaciones flexibles en los colegios, condiciones honrosas en los trabajos, trabajos a tiempo-flexible, tiempo-incompleto y en casa, mejoras en el acceso al cuidado de pre-natales y obstétricos, oportunidades para adopciones positivas, un jardín de elecciones para un planeamiento familiar sin peligro, apoyo al aprendizaje a cómo manejar nuestras vidas y el sexo con responsabilidad, y ayuda al cuidado de infantes y su crecimiento, cuando decidimos mantener nuestros bebés: Esta es una lista parcial. Pero estos cambios no se lograrán mientras las mujeres siguen subiéndose a esas mesas para abortar donde más de un millón y medio de mujeres lo hacen para asegurar su poder "status quo". Hemos adoptado este substituto quirúrgico a tal punto que, dice el Juez Blackmun de la Corte Suprema, en su disertación sobre Webster: "Millones de mujeres han subyugado sus vidas a depender del aborto". Cómo hemos reducido nuestras vidas a ese procedimiento quirúrgico -aceptándolo como si el precio que debemos pagar es para mantener nuestras vidas intactas - esta es una siniestra senal.

Por más de cien anos las feministas nos han advertido que el aborto es una forma de opresión y violencia contra las mujeres y sus hijos. Esto llamaba "infanticidio" (Susan B. Anthony); "degradante para la mujer" (Elizabeth Cady Stanton); "inhumano" (Margaret Sanger); y es "desheredar los valores femeninos" (Simone de Beauvoir). Cómo hemos perdido esta sabiduría?

El aborto ha llegado a ser aceptado como el medio para resolver el embarazo no planeado, hay de las mujeres que eligen lo contrario, porque las hacen ver como raras, anticuadas y egoístas. A través de los Estados Unidos existen 3,000 clínicas de embarazo crítico (Crisis Pregnancy Center) que luchan, sin fondos ni reconocimiento, luchan para ayudar a estas mujeres con alojamiento, ropa, asistencia médica y entrenamiento para trabajar, antes y después del embarazo. Estas voluntarias deben luchar barreras que las presionan a que "deben abortar" -en especial las mujeres pobres que oyen lo suficiente cuánto resentimos que los impuestos que pagamos se usen para alimentar sus hijos. La retórica pro-elegir evoca un día desgraciado cuando las mujeres serán obligadas a abortar; ese tal día está llegando.

Más aún, disenado para causar dano por lentos e imperceptibles medios, los promotores del aborto han estado envenenando los valores más profundos del feminismo. Por ejemplo, al querer desacreditar el feto éstos han llegado a usar términos que serían desastrozos si aplicamos a las mujeres "Es tan perqueno"; "No lo queremos"; "Debe ser desechado"; "Va a ser abusado". Demasiadas veces las mujeres son pequenas, no las quieren, las desechan, las abusan. Queremos acaso decir que esos factores borran el propósito de ser de una persona?

Existe una malvada comparación al embarazo para la mujer. Con el hecho de hacer odioso los malestares del embarazo, el tratar a las mujeres como débiles, incompetentes; aunque nuestro organismo está equipado para esa función y es lo suficientemente fuerte para cosas más duras que ésto. Cada mujer no necesita cargar un bebé, mas cada mujer debe sentirse horgullosa de heredar la belleza elemental del nacer. Más que despreciable es rechazar nuestro poder único "nuestros cuerpos, nosotras mismas".

De ahi viene lo ultimo, y aún más terrible, el costo del aborto, uno que todavía no lo hemos confrontado. Hemos tratado la pérdida de nuestros fetos como una pérdida teorética, una pérdida triste pero necesaria, como la pérdida de civiles en la guerra. Acaso no nos hemos dado cuenta que la herencia perdida no son del enemigo, ni del vecino, sino nuestros propios. Y ésta no es una pérdida de células sin forma, es un ser viviente y creciente, único en la historia. No existen gametes. La célula fertilizada en el ovario es un nuevo individuo, la forma presente de una bella criatura, con el cabello del abuelo y la voz de tía Alicia. Mira mi familia, vé como sus marcas y características se repiten por generaciones cual una vertiente. Acaso pensamos que nuestros hijos(as) serían diferentes?

Como el gitano en la Opera de Verdi "El Trovador", nuestra frustación nos ha llevado a cometer actos desesperados. Furiosa por la injusticia cruel del Conde, ella roba su hijo infante y, en una locura de venganza, lo hecha al fuego. Así lo pensó ella. Pero, al darse la vuelta, descubre que el hijo del Conde se encontraba a salvo en el suelo detrás de ella; era que largó a las llamas a su propio hijo. En un giro desesperado por justicia aún no nos damos cuenta a quién lanzamos a las llamas. El momento de realizarnos será tan devastador para nosotras como lo fué para ella. Hasta ese momento, el aborto legalizado te invita hacerlo 4,500 veces al día. Y, con eficiencia sin misericordia, la máquina sigue mutilando.

Reimpreso con el permiso de The Washington Times (12/22/89).

Frederica Mathewes-Green anteriorment sirvió como Vicepresidenta en Comunicaciones de Feministas Pro Vida.


Pg. 16 Column: …la necesidad por desacreditar el feto ha llegado a usar términos que serían desastrozos si se aplican a las mujeres: "Es muy pequeno"; "No lo quieren"; "Va a ser desabilitado"; "Podrá ser abusado". Demasiadas veces las mujeres son pequenas, no las quieren, desabilitadas, abusadas.

Acaso queremos decir que …?

OPCIONES - ELIJE
Las mujeres que están embarazadas y trabajan o estudian pueden informarse comunicándose con Feministas Pro Vida.

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