EL ABORTO,
TRAICIÓN AL FEMINISMO


Rosemary Oelrich Bottcher
Recién Pasada Presidenta
Junta de Directores

La violencia contra las mujeres siempre ha sido una preocupación, simplemente porque las mujeres han sufrido demasiado en la historia. El miembro femenino de la raza humana ha sido un blanco de siniestras atrocidades en toda etapa de sus vidas; tales como el aborto selectivo a fetos femeninos, el infanticidio de ninas, el rechazo de bebes femeninos, mutilación de órganos genitales de jóvenes, incesto, prostitución forzada, matrimonios forzados, asaltos, maltratos y asesinatos a esposas, brujas y viudas incineradas, abandono o muerte de ancianas "sin uso".

Innumerables culturas han ignorado, condenado o aún proporcionado la subyugación brutal de mujeres a fín de justificar que la práctica de todas estas manifestaciones parecían adquirir el status de ley natural immutable. Entre éstos, agresión masculina dirigida a mujeres, especialmente dentro de la familia, fué - y en muchas circunstancias, continúa siendo -un complemento normal, razonable y necesario. Violencia y amenaza de violencia sirven para intimidar y desmoralizar a las mujeres, con el fín de que ellas no puedan desafiar su estado inferior en la familia y comunidad. La violencia es una poderosa herramienta de opresión.

Muchas costumbres sociales, escuelas de filosofía y ensenanza religiosa han validado este razonamiento enrevesado de que las mujeres son inferiores porque son más pequenas, débiles, menos racionales, más emocionales y más cobardes que los hombres y por ello son naturalmente sujetas a la dominación masculina. Groseramente dicho (y escrito en múchos códigos legales), las mujeres eran propiedad de los hombres. Como escribió Gloria Steinem, "Gastamos los primeros 150 anos del movimiento de las mujeres estableciéndonos como personas. Antes de ello éramos propiedad como ganado, o sillas". Lo que el hombre hacía con su propiedad a nadie le importaba. La violación, por ejemplo, era un acto gregario, no por la violencia cometida contra una mujer, mas porque era abusar los derechos de propiedad de otro hombre. Aún durante el Renacimiento, en los siglos 18 y 19, las culturas occidentales, en cuando al concepto de que "todo hombre fue creado igual", causó tanta turbulencia social y política, que pocos de los pensadores bién reconocidos sugerían que las mujeres merecían los mismos derechos que eran demandados a hombres de toda clase.

Habían notables excepciones. En el siglo 19, pocas mujeres en Europa y los Estados Unidos propusieron la resolución que las mujeres, aunque diferentes de los hombres, tenían el mismo valor y merecían los mismos derechos que solo los hombres creían tenerlo. Ellas consideraban especialmente esa aceptación casual a los communes y horribles abusos que las mujeres debían soportar. Estas mujeres, llamadas sufragistas, eran despreciadamente denunciadas por sus demandas y eran sometidas a todo tipo de ridiculez, ostracismo y aún prisión. Mas ellas persistieron, luchando contra esa patriarquía social mediante discursos, declaraciones escritas y denuncias, reclamos a cámaras legislativas. Por su incansable fervor, la teoría -aunque no siempre la práctica- de muchas de sus ideas han sido aceptadas por la cultura occidental.

Al rechazar ambos, la violencia y el concepto de que humanos sean duenos de otros humanos, las sufragistas también rechazaron el aborto. Las sufragistas Veían al valor humano no por su tamano (el tamano físicamente siempre ha sido razón por la superioridad masculina), sino cómo las mujeres eran deseadas (con tal de que puedan ser controladas por hombres), o dependientes. El periódico sufragista "La Revolución" se refería al aborto como "una repugnante insolencia contra las leyes naturales y de nuestra humanidad común". Estas mujeres creían que la lucha por la completa "educación y la emancipación de las mujeres" eran el único remedio contra la violencia hacia ellas en todas sus formas.

En las pasadas épocas, las sociedades occidentales han logrado grandes mejoras para educar y dar poder a las mujeres (aunque algunas sociedades no-occidentales han sido lentas en seguir). Hoy, las mujeres tienen mayores oportunidades que antes. Pero la violencia dirigida a mujeres continúa siendo la mayor causa de injurias sometidas a mujeres. Como las sufragistas originales, los grupos dentro de los modernos movimientos de mujeres trabajan para eradicar este problema a través de la prevención, educación y activismo legislativo. Los esfuerzos legislativos culminaron en 1994 cuando el Congreso aprobó el histórico Acto de Violencia contra Mujeres. Esta es una extensa ley que demanda fuertes penalidades a los perpetuadores, lo que incluye fondos para mantener a las mujeres maltratadas, servicios de consejería, educación pública e investigación en cómo mejor asistir mujeres que son víctimas de violencia. El FFL y la Organización Nacional de Mujeres, sin pensar en las diferencias, cooperan en gestionar en las cortes para lograr pasar esta ley.

Sin embargo, NOW y otras organizaciones de derechos para mujeres, en una notable inconsistencia, rechazan extender su ayuda contra la violencia a los mismos ninos que las mujeres sobrellevan. Aunque FFL y NOW pueden trabajar juntos en muchos puntos en disputa con el fin de realizar nuestra meta común de mejorar la vida de las mujeres, existe este desacuerdo entre las dos organizaciones. Nuestras antepasadas comunes, el fuego feminista del siglo 19, eran extremadamente opuestas al aborto porque lo reconocían como un odioso acto de violencia, no solo contra los no-nacidos sino contra las madres. Demasiadas feministas modernas han olvidado esta profunda visión de nuestras antepasadas. No solo apoyan el aborto, lo defienden -aún en su más extrema manifestación- con celoso fervor.

El FFL está desilucionado de oir feministas pro-aborto y pro-elegir justificar la violenta destructora de humanos no-nacidos con los mismos y antiguos argumentos usados por hombres que se disculpaban por su menosprecio, el rechazo, abuso y la violación perpetuada hacia mujeres a través de la historia humana. Daphne de Jong, una feminista moderna pro-vida escribe: "Las mujeres que no aceptan que los valores de la mujer sean medidos por cuanto un hombre desea su cuerpo o necesita sus servicios, ahora demandan que el no-nacido sea juzgado por los mismos estándares". Toda feminista desea un mundo en que la violencia contra las mujeres sea nó solo condenada legamente sino también considerada impensable social y moralmente. Como trabajamos juntas con la misma visión, Feministas Pro Vida esperan que nuestras hermanas promotoras del aborto, algún día se den cuenta que los ninos no-nacidos tampoco son propiedad y que la violencia contra éstos es igualmente inacceptable. Ojalá no tengamos que dejar pasar otros 150 anos a fin de establecer que los ninos que sobrellevamos también son personas.

 

OPCIONES - ELIJE
Las mujeres que están embarazadas y trabajan o estudian pueden informarse comunicándose con Feministas Pro Vida.

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